domingo, 10 de agosto de 2008

Bienvenidos

Hola, a todos

Sed bienvenidos todos aquellos que, por azar o por invitación, habeís llegado a estas líneas y teneís la paciencia suficiente para ser,  desde ahora, compañeros de mi viaje.

He sabido de los blogs desde hace tiempo, pero nunca me había sentido inclinado a iniciar uno hasta que he podido pasearme con calma por un lugar llamado "El Faro de Lava", del que seguro me oireis hablar a menudo a partir de ahora, pues son las palabras de un buen amigo las que habitan allí.  La verdad es que no sé muy bien por qué me aventuro por estas tierras, ahora yermas, de las páginas en blanco (aunque sean virtuales), pero me temo que mucho tienen que ver los cambios que mi vida ha sufrido desde hace poco más de un mes.

Creo que debo poneros en antecedentes... la tarde del 29 de Junio de 2008 me preparaba para ir a recoger a mi pequeña Jimena al aeropuerto, de regreso de una estancia con sus abuelos en la isla de El Hierro (lugar al que seguro me referiré a menudo en estas páginas). Había pasado mala noche, con fuertes dolores musculares en las extremidades que yo achacaba a una sobrecarga de mis siempre doloridas cervicales. Había tomado un baño relajante y, mientras esperaba a que Yanired, mi compañera de viaje en este planeta, se terminara de preparar, decidí rendirme un poco al sueño sobre la cama. Nunca creí que aquel cerrar de ojos significase el antes y el después de mi existencia. Cuando desperté, lo único que sentía a mi alrededor era nerviosismo, miedo, dolor; no podía entender lo que pasaba, pues yo tan sólo me había dejado dormir! ¿Qué hacían allí tantos vecinos? ¿Por qué Yani no paraba de gritar cosas? ¿Por qué no podía levantarme o si quiera abrir los ojos o articular palabra? No tardé mucho en tener respuestas y todo se resumía en que había sufrido un Infarto Agudo de Miocardio... pero, por suerte, se me había dado una nueva oportunidad y, quizá, mi torpeza, la imposibilidad de hablar con claridad o de abrir los ojos a la luz era como el momento aquel que nunca recordamos en el que salimos del acogedor interior de nuestras madres y respiramos el aire que tanto vamos a necesitar por primera vez. A las palabras de los médicos de urgencias le siguieron casi diez días de estancia en el Hospital, pasando de la UCI a la planta 4ª del HUNSC (Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria), además de hacer una visita al quirófano para que me injertaran, a través de un cateterismo, un Sten de 28 mm para eliminar una obstrucción de un 85% en una de las arterias coronarias; de aquellos días puedo hacer muchas lecturas diferentes, pero hay una que se me ha grabado a fuego y que no sé si quiera explicar con palabras: el amor y la devoción que me demostró mi mujer, mi compañera de viaje, la persona que más amo en este mundo; sentimientos que emanaban de cada mirada, de cada palabra, de cada gesto, de cada caricia de sus dedos. Gracias Yanired, gracias por ser mucho más para mi de lo que yo nunca fui capaz de imaginar.

Además, no puedo dejar de dar las gracias a todo el personal de la Residencia, empezando por las muchas y extraordinarias enfermeras y auxiliares, así como al equipo médico encabezado por el Doctor Poncela. Gracias, de verdad, no como un formalismo o las palabras obligatorias para quedar bien, sino como el contenedor de aprecio sincero por hacerme más ligera todas aquellas horas entre las cuatro paredes de la habitación.
  
En las semanas que han pasado desde aquella fecha, no he tenido problemas para afrontar mi realidad. Lo más duro ha sido tomar conciencia de mis nuevas limitaciones y obligaciones como persona convaleciente. Todos los que ya han pasado por esto o aquellos que lo han visto en familiares y amigos, me insisten en que una vez pase la primera fase y mi corazón vuelva a estabilizarse, mi vida volverá a ser aquello que yo quiera hacer de ello. Y ahí está la clave de todo: debo asumir que hay cosas que ya forman parte de un pasado que nunca debe volver, como el tabaco, por ejemplo. Otras se han de convertir en el pan nuestro de cada día, como el ejercicio físico y la dieta estable y saludable. Creo que lo conseguiré!

Así pues, abro aquí las puertas de todos aquellos que quieran entrar, al lugar donde habitarán mis pensamientos, mis emociones, las cuestiones que resultan de una vida como la mía que, si bien puede que no interese a nadie, es la de una persona que intenta dejar la mejor huella posible en este planeta.

Bienvenidos, de nuevo!  

PD: Por cierto, ¿por qué Sugarland Express o qué es Sugarland Express? Pues es una película, en concreto la segunda que firmó Steven Spielberg, y siempre ha significado para mi el comienzo de su increíble carrera como creador de auténticas maravillas cinematográficas. Cuando me enfrenté al bautizo de este lugar, pensé en varios términos clave en busca de un título: cine, viaje, carretera, inicio, búsqueda... y, no sé muy bien porqué, todos me llevaron hasta esta pequeña y magistral película.

1 comentario:

Fogones en el faro de lava dijo...

Un poco tarde pero aquí estamos para darte la bienvenida a este universo en el que veo te has integrado con total normalidad. Un aire nuevo que gracias a tu visión refrescará el "maravilloso mundo del 7º arte" .Esto suena a la promo de los multicnes oscar y greco que hacíamos en la radio de los años 80. Bueno que bien venido o bien hallado. como prefieras y piérdete de vez en cuando por aquí. Feliz regreso a la normalidad y que tenga(mo)s buena temporada.
Un abrazo, amigo.
Gilb (El faro)